El uso de imágenes para transmitir ideas es un impulso que está en la naturaleza del ser humano desde siempre. Es una forma de expresión rápida y eficaz. En un solo vistazo recibimos mucha información, y hace que la recordemos más fácilmente.

¿Quién no querría aprovechar un recurso con tantas ventajas?

De esa reflexión nace el visual thinking.

Se trata de un concepto que tiene varias décadas de historia, aunque suene novedoso. Fue en 1969 cuando el psicólogo y filósofo Rudolf Arnheim publicó un libro con este título. Desde entonces, su uso como técnica ha sido aprovechado en ámbitos como el marketing, la comunicación o el mundo de la empresa. En los últimos años, suena también con fuerza en el sector del e-learning. ¿Quieres saber por qué?

Te contamos en cinco claves cómo aprovechar todo su potencial en el desarrollo de cursos online.

El valor de la síntesis

La creación de contenidos para la formación online requiere de un proceso de búsqueda, selección y síntesis. Se tienen en cuenta criterios pedagógicos para estructurar la información de manera atractiva y accesible para el alumnado. En un ejercicio que mezcla a partes iguales empatía y creatividad, tendemos a ponernos en el lugar del estudiante. Esa es la base para crear buenos contenidos, originales y bien secuenciados.

En el ámbito del e-learning, trabajar con imágenes es de gran ayuda para cumplir todos estos objetivos.

Elige la mejor opción en función del contexto

Hay múltiples opciones a la hora de mostrar información de manera gráfica. Elegir una u otra estará en función del contexto y la temática a tratar.

Una línea de tiempo, una infografía o un esquema pueden servir para plasmar información compleja de una manera sencilla de entender. En otros casos, puede bastar una imagen, siempre que complemente el texto y realmente ilustre el mensaje que queremos expresar.

Imagina

El Visual Thinking tiene un importante componente de imaginación. Esto implica pararse a pensar hasta dar con la manera de contar la idea que tienes en mente de una forma llamativa, que entre por los ojos. No te limites a lo obvio, ve un paso más allá  e imagina soluciones creativas. Ya sea para explicar la relación entre conceptos o las fases de un proceso, la originalidad jugará a tu favor para que sea más fácil de memorizar.

Estructura bien la información

Una de las normas  básicas de la didáctica nos dice que debemos partir siempre de lo general a lo concreto. Tiene su lógica: si primero aportamos una visión del conjunto, la comprensión es más sencilla que si nos limitamos a enumerar un concepto tras otro. Para lograrlo, puedes usar herramientas que jueguen con efecto zoom para comenzar con una visión general antes de centrarte en los detalles. Establecer jerarquías, causas y consecuencias o listas de factores son solo algunas posibilidades.

Haz que todo encaje

El dibujo de los engranajes de un reloj es una metáfora visual muy recurrente para mostrar que algo funciona. Cuando tratamos de transmitir conocimientos, el objetivo final es que ocurra algo similar: que todo encaje en la mente del alumnado. En este cometido, las imágenes son nuestras mejores aliadas. Por eso el Visual Thinking es una apuesta segura para crear contenidos online que enganchen al alumnado y logren hacer realidad el aprendizaje.

Te recomendamos nuestro curso de Visual Thinking