Para todos es evidente que los departamentos de formación juegan siempre un papel determinante en los procesos de cambio de las organizaciones, pero aun conociendo la importancia del papel, no son reconocidos por la dirección como centros de valor sino como centros de coste.

La Transformación Digital de las organizaciones es el eje del cambio, y esto supone una oportunidad clara para situar a los directores de formación y desarrollo de personas como claves de valor para poder hacer frente con éxito a estos continuos y vertiginosos procesos de y reposicionar así nuestra situación al lado del VALOR.

¿Cuáles son los Retos más importantes que nos estamos encontrando en nuestros departamentos de formación?

Es evidente que la expansión exponencial de internet y los cambios en el perfil de nuestros “clientes” son los principales indicadores de que ya las cosas no se van a realizar como hace 5 años, ni se hará dentro de 3 años como se hace ahora. En estos momentos el problema que tenemos los departamentos de formación es “no poder llevar a cabo una ejecución efectiva del plan de formación corporativo”, según Deloitte el 66% de los responsables de recursos humanos tienen problemas para conseguir que los empleados realicen las acciones de su plan de formación, es decir conseguir el “compromiso real” de participación de las personas.

Es claro que hay algo que falla, ¿Qué puede ser?…

Algo que cualquier empresa hace, que es “Conocer a su Cliente”, pues bien, ahora más que nunca promulgamos el concepto de “Customer Centric”, el cliente debe ser el centro y ya no vale café para todos, debemos de personalizar sí o sí nuestro “offering”. Si esto lo pasamos al departamento de formación el concepto será el de “Learner Centric”, las personas como centro del proceso de capacitación y/o desarrollo.

¿Cómo es nuestro Learner actual?

Pues en general estamos hablando que ahora mismo de personas sobresaturadas, multitarea, multiconectadas, impacientes, despistadas…. Si unimos estos adjetivos, vemos que una persona tiene muy poco tiempo para su formación y por lo tanto es mucho más exigente, y busca resultados “directos”. Es por ello que buscamos programas de formacion flexibles, móviles, colaborativos y customizables.

Es evidente que cada vez contamos con más tecnología para poder dar respuesta a estas demandas, y además esta tecnología cada vez está mucho más socializada y al alcance de cualquier persona. Pero a veces pensamos que la tecnología en sí misma es el fin de la formación, y que más lejos de la realidad,

las tecnologías son un medio que apoyado en las metodologías pedagógicas crean el ecosistema de la formación.

Entonces..

¿Qué es lo que tenemos que hacer para poder crear programas formativos de valor tanto para las personas como la organización?

  1. Conocer y Participar la Estrategia de la Organización. Debemos de crear programas formativos acordes a las estrategias de negocio, y no desarrollar programas repetitivos, estándares y rutinarios, sin criterios nada objetivos.
  2. Conocer a todos nuestros “Learners”. Tenemos que tener claro el perfil de nuestros trabajadores, sus gustos, preferencias, necesidades, medios disponibles…
  3. Convertirnos en “Gerentes del Talento”. Tenemos que tener en cuenta que debemos de identificar, planificar, gestionar y evaluar los procesos de capacitación (hoy) y de desarrollo (mañana).
  4. Hacer llegar el mensaje a nuestras personas. Es importante que todas las iniciativas se conozcan y además se sepa de importancia de las mismas en ellos y en el negocio, de esta forma conseguiremos un mayor compromiso.
  5. Proporcionar Soluciones de Formación acordes a las necesidades de nuestros “Learners”. Si conocemos el perfil de nuestras personas y sus necesidades e inquietudes, nos será más sencillo el diseñar y desarrollar soluciones de aprendizaje que consigan el compromiso.

En definitiva hay dos aspectos claves que va a definir nuestro nuevo Rol y nuestras nuevas Competencias:  Learner Centric y Gerente de Talento.

¿Estamos preparados?